Todavía puedo sentir el calor encrespando del fuego en una noche ya demasiada calurosa, muchos de nosotros reunidos alrededor de nuestros mayores–líderes ancianos– para el Círculo de Legado en Gaycation. Todavía puedo oír a la Señora Kat decir “anda a hablar con esa chica, porque “puede ser que no estés aquí para hacerlo mañana.” A la noche siguiente, Omar Mateen entró a la disco Pulse y le disparó a más de 100 personas Latinxs LGBTQ, matando a 49 de ellxs. Esa noche se nos hizo recordar más de 100 veces que la vejez no está garantizada.
Dos días despues, cruzando la línea de estado entrando a Florida, en camino a Orlando, me susurré a mí mismx un “bienvenidx” agridulce. Pastos gruesos con las vacas, cielos grises que acunan la tormenta habitual, y el aire cargado de humedad y familiaridad. Pensé profundamente sobre lxs que tengo cerca a mi y sobre cómo este lugar nunca se sintió capaz de sostener y contener a todxs nosotros. Pensé profundamente sobre lxs que han ganado mi corazón con sólo una mirada y sobre la forma en que me ha tomado la mayor parte de mi vida enamorarme con el lugar que me crió. Pensé profundamente en el amor y la tristeza que me hizo mudar y en el amor y la tristeza que me trajo de vuelta.
En las semanas siguientes después del masacre en la disco Pulse, he visto un eterno de vigilias y eventos para recaudar fondos. He sido testigo al descarado “blanqueamiento” y borradura del dolor y liderazgo de gente Latinxs LGBTQ. Al mismo tiempo, he visto a nuestra gente LGBTQ entrando a las discos para bailar, alegre y desafiante en la cara de dolor y la homofobia, sabiendo muy bien que eso podría poner en riesgo sus vidas. Y la semana pasada, vi el voto empate de 4-4 sobre DACA / DAPA por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos; una decisión que arranco cada esperanza de alivio para millones de personas indocumentadas en todo el país. Muchos de nosotrxs hemos estado preparando para salir a las calles sin importar qué decisión iba tomar la corte, porque DACA / DAPA nunca fue diseñada para incluir a todxs nosotrxs tampoco. En un momento en el cual Donald Trump y Hillary Clinton son las dos únicas opciones que la gente piensa que tenemos, sería imprudente esperar cualquier otra cosa que no sea una aumentación e intensificación grave de todo lo que ya nos coloca en las márgenes de la “normalidad”. Cada ataque contra nosotrxs, desde la decisión sobre DACA / DAPA, la ley HB-2 en Carolina del Norte y todas las políticas similares que han seguido, hasta el masacre de Pulse; todo está diseñado a criminalizar nuestra existencia y silenciar nuestra voz. Y si es que no estamos dispuestxs a luchar, todo esto se va a empeorar. Nuestros hogares se están quemando y al mismo tiempo estamos pidiendole ayuda a los que iniciaron el fuego. Uno de ellos todavía con el fósforo en la mano mientras el otro sostiene un cubo de gas disfrazado de agua. Son en estos momentos que debemos acercarnos al uno y el otro para encontrar protección, amplificación y curación.
Este año, como muchos otros, hemos visto constantemente que si eres LGBTQ, Negro, Latinx, de piel oscura, pobre o de clase obrera, indígena, o inmigrante, la seguridad no es garantizada y tendremos que luchar fuerte si es que queremos sobrevivir. Igual como el calor que se levantó del fuego esa noche en el Círculo de Legado, el calor se está levantado en dentro de nuestra gente Sureña y LGBTQ. Lo siento cuando entro a la tienda y veo a Donald Trump arrojando su retórica racista e intolerante en la televisión. Lo siento cuando voy a la disco gay y mis caderas se balancean y mueven un poco más libre de lo que eran antes. Mi gente tiene miedo, están ansiosas , no se sabe lo que está por venir, pero nuestra gente también se está enfureciendo y buscando maneras de tomar acción.
Lo hemos dicho antes y lo decimos de nuevo con el viento y el ardor de nuestros ancianos en nuestras espaldas: nuestra mejor oportunidad de sobrevivencia es en cada uno de nosotros, en comunidad. Estamos viajando por el sur este verano para conectar con nuestra familia Latinx LGBTQ. Sabemos lo difícil que es llevar el miedo y luchar para ser libre del miedo al mismo tiempo. Estamos en un momento en que debemos elegirnos a nosotrxs mismxs (en comunidad), un momento en cual tenemos que decidir lo que necesitamos para vivir y tomarlo por nosotros mismos, porque estamos bien claros que los políticos no nos van a entregar nada con facilidad. Así que para todos ustedes Sureños Latinxs LGBTQ que estan leyendo esto: ¡ hay vamos ! ¡ nos vemos en la pista de baile !
FECHAS Y SITIOS DE NUESTRA GIRA
15 de Julio — Durham, Carolina del Norte
16 de Julio — Richmond, Virginia
22-25 de Julio — Nueva Orleans, Louisiana
7-10 de Agosto — Nashville, Tennessee
Fecha Pendiente — Birmingham, Alabama
Fecha Pendiente — Atlanta, Georgia
Fecha Pendiente — Asheville, Carolina del Norte
Si quieres que pasemos por tu ciudad o pueblito, mandanos un correo electrónico a salem@southernersonnewground.org o eujenia@southernersonnewrgound.org
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I can still feel heat curling off the fire on an already too hot summer night, as many of us gathered around our elders for the Legacy Circle at Gaycation. I can still hear Ms. Kat telling us to “go talk to that girl”, because “you might not be around to do it tomorrow.” The next night Omar Mateen walked into Pulse Night Club and shot over 100 queer Latinxs, killing 49 of them. That night we were reminded over 100 times that old age is not guaranteed.
Two days later, crossing the state line into Florida en route to Orlando, I whispered to myself a bittersweet “welcome home.” Pastures thick with cows, gray skies cradling the usual afternoon storm, the air heavy with humidity and familiarity. I thought deeply of those I hold closely and how this place never felt like it could hold all of us. I thought deeply of those who have won my heart over with only a glance and how it has taken me most of my life to fall in love with the place that raised me. I thought deeply of the love and sadness that moved me to leave home and the love and sadness that brought me back.
In the weeks following the massacre at Pulse Night Club I have seen countless vigils and fundraisers pop up. I have witnessed the blatant whitewashing of queer Latinx grief, resilience, and leadership. I have also watched queer folks pour into clubs to dance with each other, joyful and defiant in the face of grief and homophobia, knowing very well that it might mean risking their lives. And earlier this month, I watched the 4-4 tie vote on DACA/DAPA by the Supreme Court of the United States rip away any hope of relief for millions of undocumented people across the nation. Many of us had been gearing up to take to the streets regardless of what decision came down, because DACA/DAPA was never meant to hold all of us either. In a time when Donald Trump and Hillary Clinton are the only two options that people think we have, we would be unwise to expect anything other than a severe heightening of everything that puts us on the fringes of “normalcy.” Every attack on us, from the tie vote on DACA/DAPA, HB2 in North Carolina and all the copycat bills it has made way for, to the massacre at Pulse, is meant to criminalize our existence and silence our voices. Unless we are willing to fight, it will only get worse. Our homes are burning and we are turning to the people that set them aflame for help. One of them still holding the match and the other holding a bucket of gas disguised as water. It is in moments like this that we must turn to each other for protection, amplification, and healing.
This year, like many others, has been a continuous reminder that if you are LGBTQ, Black, Brown, poor or working class, Indigenous, immigrant, then you are not safe and you will have to fight if you want to survive. Like the heat that rose from the fire that night in the Legacy Circle, heat is rising from Southern Queer folk. I feel it when I walk into the tienda and Donald Trump is spewing his usual bigoted rhetoric on the television. I feel it when I go to the gay club and hips are swinging a little freer than they were before. My people are afraid, they are apprehensive, unsure of what is to come, but they are also incensed and looking for ways to spring into action.
We’ve said it before and we say it again with the wind and fierceness of our elders at our backs: our best chance at survival is each other. We’re traveling the South this summer to connect with queer & trans Latinxs. We know how hard it is to carry fear and fight to be free from it at the same time. We’re at a moment in time where we must choose each other, we must decide what we need to live and we must take it for ourselves because we can be damn sure that politicians are not going to hand it to us. So to all you Southern LGBTQ Latinxs reading this, we’re coming to you. Meet us on the dance floor.
DATES AND SITES OF OUR TOUR
July 15 — Durham, North Carolina
July 16 — Richmond, Virginia
22-25 de Julio — New Orleans, Louisiana
August 7-10 — Nashville, Tennessee
Date Pending — Birmingham, Alabama
Date Pending — Atlanta, Georgia
Date Pending — Asheville, North Carolina
If you want us to come through your city or town, send us an email at salem@southernersonnewground.org or eujenia@southernersonnewrgound.org